Un
padre intentó enseñar a su hija el significado de la palabra sacrificio. Le explicó
que el mejor regalo que una persona puede dar es alguna posesión querida, algo
que la persona valore mucho.
En
su cumpleaños, el padre encontró, prendida en su abrigo, una nota en la que la
hija había escrito con crayola roja: “Eres
mi papá favorito y te amo chorros. Mi regalo es lo que más me gusta. Está en tu
bolsa”.
En su bolsillo encontró una paleta de fresa que él le había dado la semana anterior. No había sido chupada una sola vez.
En su bolsillo encontró una paleta de fresa que él le había dado la semana anterior. No había sido chupada una sola vez.
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