El Buen Modo

Alrededor de un anciano, de suave fisonomía y alegre sonrisa, revoloteaban muchos pajaritos, que se le posaban en los brazos y en la cabeza. Se veía que el hombre era feliz.

Maravillada una niñita ante tanta familiaridad de las avecillas, preguntó a su madre, que les daba aquel anciano para atraerlas.

-Pan simplemente.

-¿Pan? Pues yo les he de dar pasteles, y así vendrán a hacerme más fiestas y a jugar conmigo.

Aproximándose al anciano, la niña se puso a desmigar su pastel, y llamándolos les decía con cariño: -¡Pajaritos! ¡Lindos pajaritos!

Las avecillas, asustadas, huyeron. La pobre niña desanimada, las siguió con la vista murmurando:

-Y sin embargo, yo les daba pasteles.


-Hija mía –le dijo el anciano- para atraer a los pajaritos, lo mismo que a los corazones, no basta darles cosas buenas; es necesario dárselas de modo que les agraden. No olvides el refrán que dice: “Buen modo y nobles modales abren puertas principales”.

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