Dos comerciantes estaban discutiendo
acaloradamente en medio de una muchedumbre.
Un forastero, notando lo profundo
del enojo de los comerciantes,
expresó su sorpresa de que
no se estaban dando golpes, un
amigo le explicó: “Aquel que suelte
el primer golpe, estará admitiendo
0 comentarios:
Publicar un comentario