La Discusión



Dos comerciantes estaban discutiendo 
acaloradamente en medio de una muchedumbre. 

Un forastero, notando lo profundo
del enojo de los comerciantes,
expresó su sorpresa de que 
no se estaban dando golpes, un
amigo le explicó: “Aquel que suelte 
el primer golpe, estará admitiendo
que se terminaron sus argumentos”.

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