Un señor estaba vendiendo baratijas en una esquina y un
rico comerciante
Se acercó para comprarle un cortaúñas.
Después de unas semanas, ambas personas coincidieron en
el banco, el rico comerciante.
Reconoció al humilde vendedor, caminó hacia él y lo
saludó amigablemente
Con esta frase: hola colega, usted es el pequeño
empresario a quien
Compré un cortaúñas.
El sólo hecho de haberlo llamado “colega” y “empresario” Dio tanta confianza Y seguridad al humilde Vendedor, que desde Entonces, sus pequeños Negocios se han Multiplicado y ahora Tiene seis puestos Fijos y dos semifijos Donde da empleo a Diez personas.
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