Elogio A La Humildad



Un labrador le preguntó cierta vez
a un santo anacoreta:
—¿Qué tengo que hacer, Padre mío, para adquirir la
humildad?
Respondió el santo:
—Basta con recordar nuestros d efecto s y olvidar los ajenos, y,
como la humildad vuelve al hombre perfecto, 
cuanto más
se practica más se eleva en la estimación de todos.

TAMBIÉN PUEDES LEER ESTO: LAS MANOS SALVADORAS DE MI MADRE

¿Que mensaje te deja esta historia?, ¿TE GUSTÓ? COMPÁRTELO!

0 comentarios: