La Mangosta (Y Se Ganó La Confianza)



Un joven hindú encontró un día una pequeña mangosta herida. La llevó a su casa y la cuidó tanto, que el animalito ya no quiso irse cuando estuvo curado.

La esposa del joven no tenía miedo, pero sabía que las mangostas son salvajes como los gatos, aunque en vez de cazar ratones, cazan serpientes. Por eso, cuando iba al río a lavar, pedía a su marido que no dejase acercarse al animal a la cuna de su pequeña hija.


Pero ocurrió que un día, el padre tuvo que ir urgentemente a palacio y no le quedó más remedio que dejar a la niña sola, al cuidado de la mangosta. Cuando la madre volvió del río y vio que el animal tenía el hocico ensangrentado, llorando aterrorizada corrió hacia la cuna. La niña dormía profundamente, pero en el suelo había una serpiente muerta.

La mangosta había salvado a la criatura.

La confianza es un camino de dos direcciones.

Y la joven madre jamás volvió a desconfiar de ella.

Autoestima, Dios, Jesús, Valores, Éxitos, Fortuna, Poder

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