Cuando en tu vida concluye una etapa, cuando una cima logras conquistar, cuando obtenemos al fin lo que deseábamos alcanzar, cuando después de la euforia natural al deleitarnos con la victoria de un sueño convertido en realidad nos enfrentamos a un espacio vacío y nuestro espíritu busca con ansia realizar una nueva conquista, es cuando encontramos el tesoro que cada día podemos acrecentar y en la dimensión de nuestra búsqueda estará nuestra grandeza.
Buscar es un camino que nos lleva a la sorpresa diaria de algo diferente, así en cada amanecer debemos proponernos algo nuevo descubrir, con esta actitud jamás el aburrimiento nos alcanzará y mantendremos entonces nuestra capacidad de asombro, pues a cada instante de nuestra vida existirán dimensiones distintas por conocer, áreas no descubiertas en la ciencia o en la técnica, rasgos desconocidos en los seres vivos y en nosotros mismos.
Buscar es un camino que nos lleva a la sorpresa diaria de algo diferente, así en cada amanecer debemos proponernos algo nuevo descubrir, con esta actitud jamás el aburrimiento nos alcanzará y mantendremos entonces nuestra capacidad de asombro, pues a cada instante de nuestra vida existirán dimensiones distintas por conocer, áreas no descubiertas en la ciencia o en la técnica, rasgos desconocidos en los seres vivos y en nosotros mismos.
Tu búsqueda será el pasaporte para vivir sin hastío, en un crecimiento continuo, sin más límites que los que tú quieras imponerte, en un camino sin final, un sendero de luz que jamás dejará en la oscuridad tu espíritu. Conserva por siempre esa chispa para que ilumine por siempre tu ser, nunca ceses de buscar y siempre podrás encontrar. En ti mismo existe la grandeza infinita de Dios, en esa búsqueda la encontrarás y una vez conociéndolo, tus fronteras se convertirán en inmensidad no conocida del Creador.
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